Cruzan las manos, se ríen, Carmen Cafarell ha cumplido la misión que le encomendó el gobierno: desmantelar RTVE. Los prediluvianos sindicatos asisten encantados a la fiesta. Anclados en los años setenta, no se han enterado en toda la negociación contra qué buitres se enfrentaban y además ellos han logrado una importante prebenda: tener poder decisorio en la designación del Director General de la nueva corporación. Porque lo de la televisión pública independiente que anunció el gobierno no va rigurosamente en serio. Si en un tiempo prudencial no se logra un candidato de consenso, se elegirá… como siempre.
Todos han secundado el plan. Carrasco, el jefe de programas encargando programas imposibles a sus amigos –imposibles de lograr audiencia- y colocando series de éxito como Mujeres desesperadas o Perdidos en horarios disuasorios. La timorata corte de Fran Llorente, sin querer mojarse apenas en nada, ha dado un tinte gris y aburrido a los informativos. Preparaban, como tontos útiles, el camino.
Hoy no es un día de risas y manos cruzadas en algarabía. RTVE no se hundió por los “viejos” a los que van a echar. Se hundió por una pandilla de sinvergüenzas que, casi de principio a fin, llenaron sus bolsillos y se dedicaron al intercambio de favores y prebendas. Sólo con echar a los jefes, RTVE se hubiera salvado.
Nadie nos ayudará, nadie nos ha ayudado. Aguardo los editoriales complacientes… con el trozo más de tarta que les toca. La basura nació con la televisión privada y hay pruebas sobradas de ello. Era necesaria la televisión pública fuerte. Y hecha por gente que ha demostrado su valía y no por la panda de indocumentados que ahora ya pueblan los espacios más destacados de la pantalla.
Echan a profesionales muy valiosos. Porque hay un mes para acogerse “voluntariamente” al Expediente de Regulación de Empleo, pero, si no se consiguen los más de cuatro mil “mayores de cincuenta años” que tienen que desaparecer, la Dirección –con el visto bueno de los sindicatos- dirá quién tiene que irse. Ya circulan listas de “imprescindibles”. Con carné por supuesto. Del PSOE o del PP, que viene a dar igual, se apoyan mutuamente por lo que haya de venir.
Así que me pregunto ¿de qué se ríen?
Laura
Laura es un seudónimo bajo el que escribe una trabajadora de RTVE, una de las que se vanpublicado en
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