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en el auditorio, completamente lleno, con gente de todo tipo:
adolescentes y cincuentones
vi incluso algunos padres con niños de ocho y diez años
(qué buena idea para una noche de sábado,
qué suerte tener unos padres así);
y empezó con pianista con piano, derrochando sensibilidad y sentido (corazón y cabeza):
se atrevió con una canción de Juan Sebastian Bach en alemán,
pero a su estilo- explicó - como cantante de música ligera,
y así es como se hace querer
hace lo que quiere y está muy suelto y lo hace bien
y luego entra el sintetizador acercándonos a las canciones de su último disco
y luego un grupo de chicas de lo más jóvenes y vistosas,
con guitarras y voces entre clásicas y roqueras que ponen (más) color (más) juventud sobre el escenario
y cada vez el público más suelto y entregado
me gusta cuando le gritan guapo
me gusta cuando corean su canciones y quieren tocarle
y él se acerca y les toca una y otra vez,
como en un rito,
como si fuera un santo, sanador, gurú, cantante de un grupo de rock,
suena "me gusta verte bailar"
todo el teatro en pie bailando y cantando y mucho más,
sintonizados todos(disfrutando) podrían elevarse,
y le hacen salir para bises tres veces tres
y finalmente canta eso de
"...Busco un centro de gravedad permanente,
que no varìe lo que ahora pienso de las cosas, de la gente,
yo necesito un centro di gravità permanente
che non mi faccia mai cambiare idea sulle cose, sulla gente.
Over and over again..."

entonces sabemos que se ha acabado,
de vuelta a casa en el metro
se nos reconocía a los que veníamos del concierto
por esa apenas sonrisa en la cara
y esa liviandad en los movimientos,
que gustito, gracias Battiato guapo,
no te mueras nunca
y vuelve pronto

(el video lo pille con el móvil
perdonen la baja calidad)